viernes, 18 de junio de 2010

Adios, Saramago


"Entre tanto, allá en Belén, casi diríamos pared con pared con el palacio de Herodes, José y su familia siguen viviendo en una cueva, pues siendo tan breve la estancia prevista, no valía la pena ponerse a buscar casa, teniendo en cuenta que el problema de la vivienda ya daba entonces dolores de cabeza, con la agravante de no haberse inventado aún las viviendas protegidas y los realquilados" (El Evangelio según Jesucristo; José Saramago, 1991).


Hoy hemos perdido a un maestro, a un profundo intelectual, a un verdadero humanista. Triste noticia. Día de luto para todos por la muerte del Nobel escritor portugués, quien nos dejó obras brillantes y gestos nobles.

martes, 23 de febrero de 2010

El día que nací

Ésta fue la portada del ABC, edición de Sevilla, el día que nací en el Hospital Comarcal de Figueras (Gerona), donde, por cierto, 14 años después de yo nacer, murió el gran Dalí. Por entonces aún no existía El País, ni mucho menos El Mundo. Las cosas han ido cambiando un poco a lo largo de estos 35 años.

domingo, 31 de enero de 2010

La Biblioteca Nacional es sólo para adultos


Según el artículo 62 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, "La Administración del Estado garantizará el acceso de todos los ciudadanos españoles a los archivos, bibliotecas y museos de titularidad estatal, sin perjuicio de las restricciones que, por razón de la conservación de los bienes en ellos custodiados o de la función de la propia institución, puedan establecerse".


Las normas de acceso a la Biblioteca Nacional actualmente vigentes (publicadas en la

Orden Ministerial Orden CUL/4486/2004, de 30 de diciembre) dicen que para tener acceso a los fondos de la Biblioteca Nacional será necesario estar en posesión del carné de lector o del carné de investigador, y en ningún momento se expresa como requisito ser mayor de edad. De hecho, en la disposición octava dice exactamente esto:


"Octavo. Documentación.–Para la obtención de cada
uno de los carnés de la Biblioteca Nacional será necesario
cumplir los siguientes requisitos:
a) Acreditar la personalidad del solicitante mediante
presentación del Documento Nacional de Identidad o
documentos equivalentes.
b) Presentar debidamente cumplimentados los
impresos oficiales que se publican como anexos a la presente
orden.
La Biblioteca Nacional se reserva el derecho de pedir
documentación complementaria o aclaraciones a la presentada
cuando lo considere necesario".


Entonces, ...¿Por qué en la Biblioteca Nacional no permiten la entrada a menores de 18 años, o a menores de 16 años, en el mejor de los casos? ¿Qué justificación legal existe para este requisito de acceso? Léase lo que se dice en la página web de la Biblioteca Nacional al respecto:


"Carné de lector
Cualquier persona que necesite consultar los libros e impresos editados a partir de 1931 conservados en la Biblioteca, excepto aquellos cuya consulta o utilización se halle restringida por razones de seguridad o conservación, puede obtener el carné de lector, que tiene una vigencia de tres años, mediante la presentación de un documento de identificación (DNI, pasaporte o carné de conducir).
Los ciudadanos menores de edad que tengan entre 16 y 17 años podrán acceder al carné de lector de la Biblioteca siguiendo la normativa habitual para obtener este tipo de carné y presentando, además, una carta escrita y firmada por un docente del centro educativo. En esta carta, con logo y sello de dicho centro educativo, se indicará la necesidad de consultar los fondos de la Biblioteca Nacional".


Como puede apreciarse, en el primer párrafo se dice "cualquier persona [...] puede obtener el carné de lector", pero en el segundo se introduce un requisito "extra" relativo a la edad. El caso es que si un chico o una chica españoles menores de 18 años acuden a la Biblioteca Nacional ni los guardias de seguridad ni los ordenanzas le dejarán entrar. Pero hay más, ni los guardias, ni los ordenanzas, ni siquiera los trabajadores del mostrador de información al usuario saben decir "dónde está escrito el presunto requisito de edad mínima".
¿Es lícito impedir que un español menor de edad pueda entrar en la Biblioteca Nacional?¿Así fomentamos la cultura y la lectura en España?¿Por qué ni los propios trabajadores de la Biblioteca Nacional saben explicar dónde está regulado que un menor de edad carezca del derecho de acceso? ¿Quién ha impuesto esta norma ilícita?
Es más. Estos requisitos son aplicables también al acceso a la "Cafetería" de la Biblioteca Nacional, pues está conectada con las salas de fondos bibliográficos. Así que si nos acompaña un menor o un extranjero a la Biblioteca Nacional, no nos puede esperar en Cafetería a que hagamos nuestra consulta, sino que deberá esperar en la rue.
Así que a la Biblioteca Nacional no se puede ir con hijos menores de edad, pues parece que no tienen derecho a tomar contacto con el preciado patrimonio cultural español que alberga nuestra querida Biblioteca Nacional.
Esto no es serio.

miércoles, 3 de junio de 2009

Otra escuela es posible



La semana pasada se publicó en El País el Manifiesto Pedagógico "No es verdad", en el que se con actitud crítica pero informada se reivindica una educación mejor que la que tenemos actualmente en las escuelas, desde la perspectiva de quienes son expertos en cuestiones educativas y no caen en tópicos simplistas que confunden a la población. LA ESCUELA ACTUAL NO GOZA DE BUENA SALUD, eso es evidente, PERO NO ES DEBIDO A QUE LOS PRINCIPIOS METODOLÓGICOS QUE PROPONEN LOS PEDAGOGOS SEAN INADECUADOS, SINO A QUE POR DIVERSOS MOTIVOS (FALTA DE RECURSOS HUMANOS, INSUFICIENTE INVERSIÓN ECONÓMICA, INCOMPETENCIA POLÍTICA, ETC.), TALES PRINCIPIOS NO SE APLICAN CASI NUNCA, A PESAR DE QUE LEYES COMO LA LOGSE O LA ACTUAL LOE ASÍ LO EXIGEN:








"Las sociedades actuales conceden gran importancia a la educación que reciben sus jóvenes, en la convicción de que de ella dependen tanto el bienestar individual como el colectivo. La educación es el medio más adecuado para construir su personalidad, desarrollar al máximo sus capacidades, conformar su propia identidad personal y configurar su comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica. Para la sociedad, la educación es el medio de transmitir y, al mismo tiempo, de renovar la cultura y el acervo de conocimientos y valores que la sustentan, de extraer las máximas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la convivencia democrática y el respeto a las diferencias individuales, de promover la solidaridad y evitar la discriminación, con el objetivo fundamental de lograr la necesaria cohesión social. Además, la educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y crítica, que resulta indispensable para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. Por ese motivo, una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos" (Preámbulo de la LOE 2/2006, de 3 de mayo, de Educación; BOE número 106 de 4/5/2006).

Para una visión alternativa e igualmente crítica véase: "La falacia pedagógica".

martes, 2 de junio de 2009

Una universidad de la gente?


El próximo curso académico (a partir de septiembre) empieza a funcionar la recientemente creda "University of People", que pretende ser una universidad on-line a nivel internacional, con programas formativos de calidad a muy bajo coste, de modo que cualquiera con conocimientos de inglés y conexión a Internet pueda estudiar en ella, sin moverse de casa, viva donde viva. Ahora mismo sólo ofrecen dos titulaciones, una en Informática y otra en Empresariales. No ofrece títulos universitarios reconocidos por ninguna institución educativa o política, pero aspira a hacerlo. Aunque no se trata de titulaciones oficiales que cuenten aún con ningún respaldo institucional que las acredite, están organizadas como si fueran carreras ("Degrees") de 4 años, similares a los futuros Grados del Espacio Europeo de Educación Superior.
Se trata de una universidad creada por un consultor empresarial en temas de empresa y formación, en la que colaboran algunos profesores de universidades como Yale, y en la que pueden colaborar personas de todo el mundo de forma voluntaria (gratuita, en principio). En teoría es una organización sin ánimo de lucro.
Algo interesante en esta "parauniversidad" es que exigen cursar previamente a cualquier titulación un curso de orientación que culmina con un examen de selección. Mediante este curso se busca preparar al futuro alumno para su adaptación a la metodología y sistema de estudio que se seguirá. Asimismo, con el examen final tras este curso de orientación se evalúa el potencial del alumno para aprovechar la experiencia de aprendizaje y aprobar adecuadamente, de modo que sirve como un filtro para seleccionar a los alumnos que estudiarán las titulaciones, procurando garantizar que sólo acceden los que van a tener éxito por sus cualidades y su dedicación.
¿Tendrá éxito este proyecto?¿Surgirán otras universidades populares de similar estilo?¿Se acabará imponiendo este modelo de formación que pretende "democratizar" la Educación Superior? ...el tiempo lo dirá. De momento es una iniciativa de formación on-line que resulta novedosa porque se presenta como una formación "universitaria". Habrá que estar atentos a la evolución de esta iniciativa. En cualquier caso, al contrario que otras iniciativas de democratización de la formación, como, por ejemplo, los OCW (OpenCourseWare o "depositorios de cursos abiertos"), la formación que ofrece esta presunta universidad no es totalmente gratis (hay una cuota mínima de inscripción, y luego cada examen puede costar entre 10 y 100 dólares), por lo que habrá que mantener por el momento el escepticismo crítico cauto respecto a esta iniciativa, ya que no suele ser oro todo lo que reluce, y menos cuando hay dólares de por medio (por pocos que sean: ¿y si cada internauta donase un euro a esta universidad?, ¿el monto resultante sería una cuantiosa suma, no?).

jueves, 16 de abril de 2009

Feliz cumpleaños, profesor Neira


Hoy sale del hospital el profesor Jesús Neira, aunque aún continúa de baja médica y necesita tiempo y descanso para su recuperación.





Estimado profesor Neira:

le deseo un feliz cumpleaños y una pronta y plena recuperación. A nadie se le debería olvidar lo que usted hizo altruistamente por ayudar a una mujer maltratada, y lo que están sufriendo los suyos y usted mismo como consecuencia desafortunada de la brutalidad y desidia con que fue contestada su buena acción.




JCPG

miércoles, 15 de abril de 2009

¿Desatención a la diversidad?


Carta de un lector al diario 20 Minutos:


¿Superdotado o paria?
JUAN CARLOS HERRÁIZ MORENO. 14.04.2009
Soy padre de un alumno de alta capacidad intelectual y sufrimos reiteradamente los incumplimientos de la Ley Orgánica de Educación, quizá algo esperado, pero también, y esto es lo grave, de la propia legislación de la Consejería de Educación de Madrid.


Sus funcionarios obvian deliberadamente la "atención específica" en la escolarización de este colectivo con necesidades educativas específicas y el asesoramiento que reciben las familias, obligatorio por ley, es nulo. ¿Para qué aprueban leyes si luego son ustedes los primeros en incumplirlas? Este alumnado lejos de parecer "superdotado" parecen ser los parias de la educación madrileña.


miércoles, 25 de marzo de 2009

Para el cerebro, Dios es como otra persona


Según un reciente estudio de neuroimagen del cerebro, cuando una persona piensa en Dios activa las mismas áreas cerebrales (agrupadas por el área denominada "precuneus") que si pensase en otra persona, especialmente aquellas zonas implicadas en la empatía y en descifrar las intenciones y los pensamientos de los demás ("teoría de la mente"), también asociada con la imaginación y la gestión de situaciones socialmente complejas. También activamos áreas cerebrales relacionadas con la visualización cuando pensamos en Dios, del mismo modo que cuando pensamos en nosotros mismos.

Asimismo, este estudio muestra que las creencias religiosas producen reacciones emocionales en el cerebro. De modo que, por ejemplo, para un creyente, la expresión "No existe ningún ser superior" genera una reacción emocional negativa. Y, para un ateo, esta misma reacción emocional negativa se produce cuando se encuentra ante la expresión contraria, es decir, ante la expresión "Dios existe". En fin, que lo que ya sabíamos que ocurre a nivel psicológico, se empieza a observar a nivel "físico" en el órgano de la mente: el cerebro.


lunes, 16 de marzo de 2009

Los 10 inventos que cambiaron el mundo


Según 20 expertos de la Asociación Británica de Ciencia, estos son los 10 inventos más significativos que cambiaron el mundo:

1. El GPS.

2. El Walkman.

3. El Código de barras.

4. La Comida precocinada.

5. La Playstation de Sony (no la consola de videojuegos, en general, sino la Playstation, en particular).

6. Las Redes sociales.

7. Los SMS.

8. El Dinero Electrónico (que abarca más que sólo a la Tarjeta de Crédito).

9. Las Microondas (no los "hornos microondas", sino las ondas "microondas", que se aplican a múltiples inventos, entre ellos al horno microondas, pero también a los móviles).

10. Los Zapatos deportivos (puestos de moda por Michael Jordan, principalmente).


That's all.

miércoles, 11 de marzo de 2009

La crisis para unos y la crisis para otros



La crisis no es igual para todos.






















-------------------------------------------Dibujos de Eneko
.

martes, 10 de marzo de 2009

El papá jovencito, y la mamá madurita



Según un estudio publicado recientemente por investigadores médicos y psiquiátricos de Australia (Saha et al., 2009), sobre una muestra de 33.437 niños de 8 meses, 4 y 7 años de edad, la inteligencia de los niños (medida a través de tests válidos y fiables como el Stanford/Binet o el WISC)tiende a ser menor con el aumento de la edad del padre, mientras que, sorprendentemente, tiende a ser mayor con el aumento de la edad de la madre. Los resultados sugieren que si los dos progenitores tienen la misma edad, lo ideal es que tengan hijos en torno a los 24-25 años. Si, por el contrario, el posible papá y la posible mamá tienen distinta edad, lo ideal es que la mamá tenga mayor edad que el papá, estando la combinación ideal en torno a los 18-20 años para él y los 35-40 para ella. Por el momento, no se dispone de una explicación satisfactoria sobre estos resultados descriptivo-correlacionales, pero, de por sí, los hallazgos son interesantes, qué duda cabe. Una explicación que ofrecen los autores del estudio para la asociación negativa entre edad del padre e inteligencia de los hijos es la de que el esperma de los hombres sufre más mutaciones con la edad, lo que podría originar mecanismos epigenéticos anormales (véase Epigenética). Debe tenerse en cuenta que este estudio sólo describe asociaciones (correlaciones) entre variables, y, por tanto, no se trata de "relaciones causales". De modo que no dice nada acerca de si la asociación entre la edad de los padres y las puntuaciones en inteligencia ("efecto") de los hijos se debe o no a la edad biológica de los padres ("causa"?). Podría ser que la edad de los padres sea simplemente un "indicador" de otra variable, por ejemplo, una variable "cultural". Por ejemplo, quizás sean los padres más jóvenes los que aportan a sus hijos mayores niveles de motivación, implicación afectiva y estimulación que los mayores, quienes pueden estar más ocupados con sus responsabilidades laborales. Y quizás sean las madres menos jóvenes las que, a su vez, gracias a su mayor experiencia vital y madurez personal, aporten a sus hijos mayor estímulo para el desarrollo temprano de la inteligencia. No obstante, a pesar de que en los primeros 3 años de edad la plasticidad cerebral es notable, no debe olvidarse que la investigación (especialmente con gemelos) ha constatado que la inteligencia general o inteligencia psicométrica (la que miden los tests) tiene una fuerte carga genética, dejando poco margen para su modificabilidad a través de la intervención o los estilos de crianza (véase El mito de la educación, de Judith Harris; para una revisión más detallada sobre la investigación sobre inteligencia humana véase Colom y Andrés-Pueyo, 1999).
Con todo, estos resultados chocan con la idea hasta ahora sólidamente defendida de que conviene que los padres y las madres sean relativamente jóvenes (entre 20 y 25, se suponía lo ideal).

jueves, 26 de febrero de 2009

El ojo de Dios y también sus partes nobles...




Desde la Antártida es desde donde más podríamos disfrutar de las maravillas del espacio exterior (recordemos que no sabemos si estamos solos en el Universo, pero, desde luego, lo que por fin sabemos ---hace apenas cinco siglos no lo tenían tan claro---, es que no somos lo único que hay en él). En el excelente artículo del Dr. Alcione Mora se puede disfrutar de una introducción a las razones de por qué la Antártida es idónea para la observación astronómica. Así que si alguien, además de ver "el ojo de Dios" (o nebulosa de la hélice), quiere verle a éste (o a ésta, quién sabe, ja, ja) sus partes nobles, ya está claro dónde debemos llevarnos el telescopio! Porque antiguamente se decía "De Madrid al cielo" por la claridad de su atmósfera para admirar el cielo. Sin embargo hoy día la polución no es lo que era, por desgracia.

lunes, 23 de febrero de 2009

Lo que piensan los españoles de la Ciencia y la Tecnología


Según la IV Encuesta de Percepción Social de la Ciencia realizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), el nivel de interés (3.1 sobre 5) y de información (2.8 sobre 5) de los españoles sobre Ciencia y Tecnología es aún bastante bajo, aunque, sin embargo, ha aumentado en los últimos años (y esta es la buena noticia). La encuesta se ha aplicado a 7000 ciudadanos (españoles y españolas) de todas las Comunidades Autónomas. El tema de información que genera más interés es el de Medicina y Salud (28%), seguido de Deportes (26%). Así que por primera vez el tema de mayor interés del españolito de a pie no es el fútbol, aunque sí continúa siendo de gran interés. Educación representa un tema de interés para el 16% de la muestra, mientras Ciencia y Tecnología tan sólo lo es para un 9.6%. El 80% de la muestra considera que el progreso en Ciencia y Tecnología es importante (ventajoso) para el desarrollo económico y para la calidad de vida, aunque tan sólo un 53.4% considera que los beneficios de la ciencia y de la tecnología sean mayores que sus perjuicios. Esto último es un mal indicador del nivel intelectual y cultural de nuestra población nacional. De la misma encuesta se desprende que a medida que aumenta el nivel educativo de las personas aumenta también su nivel de interés y de información sobre Ciencia y Tecnología, lo cual parece comprensible, siendo "No lo entiendo" el principal motivo que justifica la falta de interés y de información al respecto. Aún nos queda por mejorar, pero al menos los resultados de la encuesta son algo superiores a los de años anteriores. Por tanto, tengamos esperanza.

viernes, 20 de febrero de 2009

Los derechos humanos en nube de etiquetas


Gracias a programas como Wordle podemos hacer, fácilmente y en cuestión de segundos, un rápido análisis de discurso que se puede "ver". He aquí un ejemplo de nube de etiquetas que he realizado usando Wordle sobre el texto en español de la Declaración Mundial de los Derechos Humanos. También podéis ver en este otro enlace una nube de etiquetas realizada a partir del discurso del Rey de España en la pasada Navidad; muy curioso el resultado: ¿adivináis cuáles fueron los términos con mayor presencia en dicho discurso?

miércoles, 4 de febrero de 2009

viernes, 30 de enero de 2009

Madrid se quema, se quema Madrid


...Madrid se quemaaaaaaaaaaaaa, se quema Madriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiid,
Madrid se quema, se quema, se quema, se quema Madriiiiiiiiiid!
Con la "e"!
Medred se quemeeeeeeeeeeeeeeee, se queme Medreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeed,
Medred se queme..... [y sigue, y sigue...]


¿Qué está pasando con la gestión de los servicios públicos y sociales en Madrid, en la capital del "Reino" (aún no República, qué le vamos a hacer)?

Caos en Educación (especialmente, estos días, en Educación Infantil), Caos en Justicia (primero magistrados y ahora abogados de oficio), y Caos (y qué Caos!!!!!) en
Sanidad (no hay recursos en la mitad de los hospitales: Ramón y Cajal, Clínico, Hospital de Arganda, Hospital del Tajo, ...)

¿Dónde está la protección de los derechos del ciudadano?¿Qué está pasando con El Estado de Bienestar?¿Cómo se están gestionando los servicios que todos y todas pagamos con nuestros impuestos?

El objetar se va a acabar, querido/a "ciudadano/a"


"Son buenas aquellas personas que saben conciliar sus propios intereses con los de los demás e incluso ponen estos últimos por delante" (García Moriyón, 2008, p. 75).

Al fin, el Tribunal Supremo ha respaldado con una sentencia la asignatura "Educación para la ciudadanía". ¿Se volverá ahora a la cordura? ...¿O surgirán ahora padres que prueben a reivindicar "su presunto derecho" (no el de sus hijos, claro) a objetar contra las asignaturas de Historia (por sus contenidos potencialmente "adoctrinantes"), de Matemática y de Filosofía (por su potenciación del pensamiento lógico y crítico, peligrosos enemigos de la religión), o contra la asignatura de Química (por su contenido "inflamable" para quienes tienen tendencia a "liarla parda")?

¿Por qué tanto temor a una asignatura que únicamente pretende promover la educación cívica y el respeto de los derechos humanos? Tal y como ha dicho la Ministra de Educación (Política Social y Deporte), Mercedes Cabrera:

"No hay nada en la asignatura que invada los derechos fundamentales de los estudiantes. Todo lo contrario: les enseña sus derechos y sus deberes en una sociedad democrática y tolerante".


¿No debemos, acaso, procurar que el libre pensamiento y el humanismo se potencien desde los centros educativos?¿No queremos que nuestra sociedad esté hecha de buenas personas?


¡Que la educación esté con todos vosotros!
Así sea (sólo depende de nosotros mismos)

jueves, 29 de enero de 2009

Entonces, ¿guardo el cordón umbilical de mi hija, o lo tiro?


Ayer se publicó en El País un artículo de Jaime Prats con el título "El negocio de las células corre más que la ciencia" y el siguiente subtítulo: "El señuelo: el futuro avance de la medicina - La realidad: bancos privados de grasa, dientes de leche o sangre de dudosa utilidad".

Según parece, hasta el día de ayer, al menos, la evidencia científica disponible únicamente permite confiar, a medio plazo, en las aplicaciones terapéuticas de las células madre procedentes del cordón umbilical (no de las células madre "adultas" procedentes de los dientes de leche, o de la grasa extraída por liposucción). No obstante, estas aplicaciones terapéuticas se limitan, por el momento, al tratamiento de personas con algunas enfermedades de la médula ósea, como la leucemia, pero, además, en estos casos, "las células madre se emplean para curar médulas ajenas y muy raramente propias". De hecho, parece que la tendencia de la investigación aplicada actual apunta hacia otra dirección: "Se trata de la técnica que hace un año ha revolucionado la medicina regenerativa. Este procedimiento consiste en reprogramar células adultas para transformarlas en células madre que se comportan como embrionarias".

Según concluye Jaime Prats en su artículo, "El negocio de las células madre corre más deprisa que los avances científicos [...], no es extraño observar en páginas web de algunos bancos de células madre privados medias verdades o argumentos confusos e imprecisos amparados en la ilusión que despierta la medicina regenerativa".

Entonces, ¿debería o no debería guardar el cordón umbilical de mi futura hija?
La respuesta no es definitiva, todavía, aunque lo que se sabe actualmente acerca de la utilidad de esta práctica nos dice que quizás no valga la pena, o, al menos, lo que sí está claro es que no parece tan fantástico como hacen creer las múltiples empresas que en los últimos años están haciendo negocio con este tema, aprovechándose de la ilusión de las familias por asegurar un mejor futuro y una mejor salud a sus hijos.

La ingeniería genética es una gran invención del ser humano y una conquista de la investigación científica, pero precisamente por su trascendencia, por abordar el origen biológico (la esencia genética) de los seres vivos, es preciso ser prudentes y no contentarnos con conclusiones precipitadas, pues si nos equivocamos las consecuencias pueden llegar a ser trágicas (a nivel de salud, a nivel económico, etc.). Por ejemplo, ¿te comerías un alimento transgénico?

La ciencia no sólo se hace preguntas y avanza posibles respuestas, sino que también se replantea la pertinencia de esas preguntas y de esas respuestas una y otra vez, con objeto de replicar hallazgos previos y acumular evidencia empírica que fundamente nuestro conocimiento de las cosas y de la vida.

La sociedad de consumo en la que vivimos es también una sociedad embelesada con los impresionantes avances de la ciencia y de la tecnología de nuestro tiempo, lo que, al final, nos genera una tendencia a consumir productos presuntamente científicos, en ocasiones, con una "fe" ciega, por simple inercia o consumismo.

Los avances científicos son como una piscina en verano, atractivos, y conviene acercarse a ellos para valorar si nos pueden ayudar a mejorar nuestro bienestar y calidad de vida (no hay nada como un buen baño fresquito cuando arrecia el calor), pero no conviene lanzarse de cabeza hacia ellos sin más, pues podemos descubrir (tarde) que la piscina estaba vacía. Por ejemplo, ante los últimos avances acerca de la posibilidad de analizar y escudriñar el código genético de cada uno, Steven Pinker advierte lo siguiente: "Como en los primeros tiempos de internet, el amanecer de la genómica personal promete beneficios y dificultades que nadie puede prever [...] Se abre un nicho para que empresas sin escrúpulos aterroricen a los hipocondríacos convirtiendo las probabilidades dudosas en Genes de la Muerte" (Steven Pinker, 2009)

Bueno, para cerrar esta reflexión, y volviendo al tema de almacenar o no las células madre, estas son algunas declaraciones de expertos en la investigación sobre células madre, recogidas en el citado artículo:

"Siempre que me preguntan, respondo que no creo necesario guardar las células del cordón. Hace poco he tenido un nieto y no hemos guardado sus células"
José López Barneo
Director del Instituto de Biomedicina de Sevilla

"Si puedo pagarlo, ¿por qué no hacerlo? Es cierto que ahora mismo no hay evidencias claras de que puedan servir estas células, pero nunca se sabe. Hay que estar siempre abierto a la ciencia"
Juan Carlos Izpisúa
Director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona

lunes, 19 de enero de 2009

El exterminio continúa y "occidente" consiente...





Los israelitas siguen aniquilando palestinos, bombardeando a civiles inocentes, e incluso a instituciones como la ONU o la Universidad.

Es inaudito, indignante, y vergonzoso.
¿Hasta cuándo se va a seguir consintiendo esta masacre imperialista?

Hartistas vs. anti-artistas


"Ante un buen cuadro y una lata de caca la gente normal suele preferir el cuadro".

---cita extraída del manifiesto "Hartista", fundado por artistas "hartos" del falso arte o anti-arte.

miércoles, 14 de enero de 2009

Humanismo secular o verdadero humanismo


ENTONCES, ¿QUÉ ES UN HUMANISTA SECULAR?

Coje el conjunto de todos los ateos, cualquiera que no crea en dios ni en lo sobrenatural. Son muchos. Algunos son nihilistas, rechazando no sólo a dios sino a la propia idea del bien. Déjalos a un lado. Lo mismo con los relativistas que piensan que alejado dios, todo es factible. Los subjetivistas que piensan que la idea del bien de cualquier persona es tan aceptable como la de cualquier otra. Los marxistas del sector duro que pretenden un sistema dogmático simplemente inhumano. Te quedarás con un pequeño conjunto de ateos que no creen en dios ni en lo sobrenatural, pero que creen que la bondad y la excelencia pueden ser identificadas objetivamente, que piensan que la razón, la compasión y el método científico son las herramientas más poderosas para construir el paraíso en esta vida. Bienvenido: Nos has encontrado, a los humanistas seculares, la minoría dentro de la minoría atea que tiene el programa más comprensible y afectivo para forjar buenas vidas en un universo que resulta no haber sido creado por una deidad.

Extraído del interesante artículo de Tom Flynn, Why The "A" Word Won't Go Away.
Traducción al español.

martes, 13 de enero de 2009

Teo, Ateo, y los artículos 18 y 19



Artículo 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Extraído de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).

“Probablemente Dios no existe, así que deja de preocuparte y disfruta de la vida” (cita publicitaria del mes: ver más).

sábado, 27 de diciembre de 2008

El teatro en el aula

El cortometraje "La clase", una hermosa experiencia de teatro en el aula, y, por ende, una prueba de que otra escuela es posible. Vídeo disponible en el siguiente enlace:
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Aprender/crear/bien/vale/Goya/elpepucul/20081224elpepucul_1/Tes

jueves, 25 de diciembre de 2008

Si Jesucristo existió, ni nació en Navidad ni en el año cero


¿Existió Jesús?
Según el reciente trabajo coordinado por Antonio Piñero, bajo el título "¿Existió Jesús realmente?", y aunque no está claro, parecen pesar más los argumentos a favor de la existencia histórica del personaje de Jesús (véase una síntesis de este trabajo pinchando aquí: parte I, parte II, parte III, extensión del capítulo 7). No obstante, insisto, aún no está del todo claro. Incluso algunos autores actuales, siguiendo las posturas críticas de finales del siglo XVIII acerca de la existencia de Jesús, defienden que este presunto personaje no existió, pues, de hecho, constituye una invención (véase la ingeniosa "Entrevista a Jesucristo", de Fernando Sánchez Dragó).


¿Dónde nació, en Belén o en Nazaret?
Según la coherencia interna de los propios evangelios, parece más acertado pensar que nació en Nazaret, y no en Belén. De hecho, parece una idea consensuada por los expertos (creyentes y no creyentes). Incluso Nietzsche, el gran crítico de la tradición judeocristiana, asumió la existencia del personaje, pero siempre llamándolo Jesús de Nazaret. Más bien parece que la identificación de Jesús con Belén respondió a intereses religiosos, pues se había profetizado que "El Mesías" descendería de la dinastía del Rey David (procedente de Belén, ciudad, por otro lado, de más entidad que Nazaret).


¿Cuándo nació?¿Qué año y qué día?
En síntesis, parece que las estimaciones históricas más confiables acerca de la fecha de nacimiento de Jesús de Nazaret la sitúan entre 5 y 6 años a.C. e incluso 1 año d.C. En cuanto al mes y al día, parece que la fecha aproximada de nacimiento fue en el mes hebreo de Tishri, equivalente a septiembre-octubre. En cuanto al día concreto, parece un dato aún más discutio e incierto: 15 de septiembre?, 23 de septiembre, 29 de septiembre? No parece claro, tampoco.

Por último, es interesnte reflexionar sobre lo sospechoso de que lo narrado en los evangelios acerca de la vida "y milagros" de Jesús de Nazaret se parezca tanto a lo narrado previamente (muchos siglos antes) acerca de otras figuras religiosas de la antigüedad, como, por ejemplo, Osiris (véase la hipótesis de que Jesús es una invención basada en textos religiosos de 3000 años a.C.: síntesis I, de LLogari Pujol, síntesis II, de Claude-Brigitte Carcenac Pujol, síntesis III).

VÉASE TAMBIÉN:
http://restaurados.blogcindario.com/2007/12/00250-la-verdadera-navidad.html

http://www.testigosdejehova.com/index.php?showtopic=7940

http://blogs.clarin.com/tiempodecreer/2008/12/24/cuando-nacio-jesus-

http://www.unidamex.org.mx/contenido/File_Estudios/Estudios%20de%20Temporada/nacionavidad.htm

http://www.protestantedigital.com/new/leernoticiaDom.php?1100

http://serrizomatico.blogia.com/2005/121202-25-de-diciembre-navidad-o-la-celebracion-del-solsticio-de-invierno..php

http://www.diariodecadiz.es/article/opinion/310169/donde/nacio/jesus/nazaret.html


¿Por qué "Navidad" se celebra el 25 de diciembre?
Porque, desde el siglo IV, el monje Dionisio el Exiguo oficialmente hizo coincidir la celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret (cuyas circunstancias eran desconocidoas entonces y también lo son hoy día) con la fecha de las fiestas paganas y antiguas asociadas al solsticio de invierno y en conmemoración del Sol, así como dedicadas a diversos Dioses de religiones mucho más antiguas que la Cristiana (Osiris, Dionisios, Eón, Mitra, Baco, Apolo, Zoroastro, Horus, Adonis, ...). De este modo el Cristianismo se apoderaba de una tadición pagana, "cristianizándola".

Hoy día, no obstante, la festividad de la Navidad, aparte de estar subyugada al consumismo globalizado e imperante, va más allá del Cristianismo y de cualquier otra creencia religiosa, pues supone, ante todo, una celebración de la paz, del amor, y de la familia (como quiera ésta entenderse). Así que, ¡Feliz Navidad!



PARA SABER MÁS:
http://www.geocities.com/antinavidad2003/jcbirth.htm

http://eltestamentodelpescador.wordpress.com/2007/01/13/tabla-cronologica-del-nacimiento-de-jesus-de-nazaret/

viernes, 19 de diciembre de 2008

El contagio de la felicidad

El "animal social" que describió Aristóteles es verdaderamente feliz "con" los demás miembros de su especie. Este hermoso video es una muestra de ello...

viernes, 5 de diciembre de 2008

Un árbol, un hijo, un libro, ...y una pareja


La sentencia "un hombre, para ser completo, ha de plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro", se le atribuye al poeta José Martí, padre intelectual del movimiento de la Independencia de Cuba frente a España, aunque aún no he conseguido averiguar si realmente lo escribió en algunas de sus obras, o simplemente lo declaró oralmente en algún discurso o entrevista. De hecho, da la impresión de que nadie sabe fehacientemente cuándo y dónde se dijo.
En cualquier caso, lo que resulta fácil es hallar una amplia aceptación de este principio humanista "minimalista", aunque también se ha criticado que si bien plantar un árbol y tener un hijo pueden ser metas relativamente alcanzables por la mayoría de las personas, no ocurre lo mismo con escribir un libro. Asimismo, otra crítica que añadimos es que estas tres metas se podrían alcanzar sin experimentar amor, lo cual resulta chocante con una inspiración humanista. ¿Tendría sentido una vida sin esta experiencia? ¿Sería deseable que las personas lograran estas tres metas y, sin embargo, no conociesen el amor? Lógicamente, estos tres propósitos podrían
ser ampliados con otros muchos igualmente deseables, tanto desde el punto de vista individual como desde el punto de vista social, extendiendo así la lista, por ejemplo, de 3 a 10 o incluso 100, como han hecho muchos. Pero teniendo en cuenta que probablemente el principal valor de esta sentencia sea su carácter concentrado, de mínimos, añadir muchos más propósitos vitales restaría impronta al mensaje, debilitando su calado popular. Con todo, simplemente me atrevo a añadir una meta más al trío que considero vital para ser feliz y progresar con mayores garantías de éxito hacia la autorrealización.

"Toda persona debería aspirar, al menos, a: plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro, y amar y ser amada".

Como colofón a este apéndice romántico que hemos añadido a la célebre sentencia de José Martí, a continuación cito, textualmente, un poema suyo extraído de la obra "Versos libres" (Martí, 1913):


MANTILLA ANDALUZA

Por qué no acaba todo, ora que puedes
Arrebujarme por el largo viaje
Con tu mantilla pálida andaluza?
No me avergüenzo, no, de que me encuentren
Clavado el corazón con tu peineta!

Te vas! como invisible escolta, surgen
Sobre sus tallos frescos, a seguirte
Mis jazmines sin mancha y mis claveles:
Te vas! todos se van!: y tú me miras,
Oh perla pura en flor, como quien echa
En honda copa joya resonante, -
Y a tus manos tendidas me abalanzo
Como a un cesto de frutas un sediento

De la tierra mi espíritu levantas
Como el ave amorosa a su polluelo.

martes, 25 de noviembre de 2008

Demos Kratos




Desde que aproximadamente en el año 510 a.C. el político Clístenes, tras un período de oligarquía y tiranía, instaurase las bases de un gobierno democrático en la antigua Atenas, la historia nos ha enseñado que la democracia (demos-kratos: "el poder del pueblo") puede no ser una forma ideal de gobierno, mas, por ser la menos contraproducente, se erige como la mejor conocida hasta el momento. Así, en un famoso discurso de Churchill cuando se encontraba en el partido de la oposición, éste sugirió también la misma idea:
“Muchas formas de gobierno se han intentado y se seguirán intentando en este mundo de pecado y de aflicción. Nadie pretende que la democracia sea perfecta o totalmente acertada. En verdad, se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, exceptuando todas aquellas formas de gobierno que se han intentando de vez en cuando; pero hay un amplio sentimiento en nuestro país de que la gente debería mandar, mandar continuamente, y que la opinión pública, expresada por todos los medios constitucionales, debería formar, guiar y controlar las acciones de los Ministros, que son sus sirvientes y no sus señores” (Churchill, 1947). En esta línea, Churchill también admitió lo siguiente:
"El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio".
Con todo, hoy día, incluso se habla de la "hipótesis de Churchill": "Si la gente que ha experimentado personalmente las limitaciones de regímenes democráticos y no democráticos opta en favor de los primeros, entonces la hipótesis de Churchill se mantiene" (Krzysztof, 1999).
Afortunadamente, la democracia está cada vez más extendida y consolidada a lo largo y ancho de la tierra, aunque aún se tambalea o apenas existe en numerosos países. Este año ha sido uno de los años más destacados en el éxito de la democracia, y son prueba de ello dos hechos significativos, uno "local o doméstico" y otro "overseas" (de ultramar):
a) por primera vez en la historia de Eurovisión en España, un "cantante?" fue elegido por el pueblo ("Chikilicuatre") para representar al país en este festival. A todas luces (por si alguien aún no se había enterado o bien había orbitado fuera del planeta durante la primavera), la elección de este personaje como representante español para Eurovisión fue una demostración del poder otorgado al pueblo, que, en esta ocasión, aprovechó para burlarse del citado Festival.
b) por primera vez en la historia de EE.UU., se elige como presidente del país a un afroamericano. Sin duda, otra enorme conquista de la democracia y de la igualdad de oportunidades.
Pues bien, no sabemos qué probabilidades habrá en el futuro de que el segundo hito se repita en los EE.UU., pero en cuanto al primero, desde RTVE ya se han encargado de que "el pueblo" deje de tener "tanto" poder. Según se ha publicado en la prensa, para el festival de Eurovisión de 2009 ya no serán los internautas quienes elegirán al representante español a través de MySpace, sino que tras las votaciones de éstos, será un jurado (con cuatro miembros de la Unión Europea de Radio y Televisión y sólo uno de MySpace) quienes escogerán.
En fin, la democracia sigue "dando miedo" a los que se inclinan por la oligarquía en cualquiera de sus formas.

viernes, 21 de noviembre de 2008

La educación (Einstein, 1934)

La educación (Einstein, 1934)
Ensayo extraído del libro “Mis creencias”, de Albert Einstein.
Fuente: http://www.elaleph.com
Libro completo en: http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/85.pdf


Los aniversarios suelen dedicarse sobre todo a exámenes retrospectivos,
en particular para evocar el recuerdo de personajes que se han
destacado por el fomento de la vida cultural. No debe menospreciarse,
por supuesto, este homenaje amistoso a nuestros predecesores, en tanto
se considera que este recuerdo de lo mejor del pasado estimula a quienes
en el presente se encuentran bien dispuestos para un valeroso esfuerzo
en el mismo sentido. Mas esto tendría que hacerla alguien que,
desde su juventud, haya estado en contacto con este país y estuviera
familiarizado con su pasado, no un individuo que, como un gitano, ha
vagado siempre de un lugar a otro y ha acumulado experiencias en toda
clase de países.
No me queda, entonces, más opción que hablar de cuestiones que,
ahora y siempre, con independencia del tiempo y del espacio, se relacionan
con problemas educativos. No pretendo ser una autoridad en la
materia, en especial cuando personas inteligentes y bien intencionadas
de todos los tiempos han estudiado los problemas le la educación y han
expresado clara y repetidamente sus ideas sobre ellos. ¿De dónde puedo
sacar yo el valor, que soy en parte lego en el campo de la pedagogía,
para exponer opiniones sin más fundamento que mi experiencia y
mis creencias personales? Si se tratase de una cuestión científica, sin
duda me sentiría inclinado a guardar silencio.
Pero el caso difiere cuando se trata de hombres en actividad. Aquí
no es suficiente el conocimiento de la verdad; al contrario, este conocimiento
debe renovarse de manera continua a través de esfuerzos
incesantes. Es como una estatua de mármol que se alza en el desierto
ya la que la arena amenaza sepultar. Las manos generosas deben trabajar
siempre para que el mármol siga brillando a la luz del sol. Estas
manos mías forman también parte de todas esas manos serviciales.
La enseñanza ha sido el instrumento más idóneo para transmitir el
tesoro de la tradición de una generación a otra. Esto acaece aún hoy en
mayor grado que en tiempos anteriores, pues a causa del desarrollo
moderno de la vida económica se ha debilitado la familia como portadora
de la tradición y de la educación. La continuidad y la preservación
de la humanidad dependen, por tanto, en un nivel mayor que antes, de
las instituciones de enseñanza.
A veces sólo se ve a la escuela como instrumento para transmitir
el máximo de conocimientos a la generación presente. Pero esto no es
exacto. El conocimiento está muerto; la escuela, en cambio, sirve a los
vivos. Deberían cultivarse en los individuos jóvenes cualidades y aptitudes
valiosas para el bien común. Más ello no significa que haya que
destruir la individualidad y que el individuo se convierta en simple
instrumento de la comunidad, como una abeja o una hormiga. Una
comunidad de individuos moldeados con el mismo patrón, sin originalidad
ni objetivos propios sería una sociedad empobrecida sin posibilidades
de evolución. El objetivo ha de ser, al contrario, formar
individuos que actúen y piensen con independencia y que consideren,
no obstante, su interés vital más importante el servicio a la comunidad.
Por lo que he podido observar, el sistema de educación inglés es el que
más se aproxima a este ideal.
Pero, ¿cómo alcanzarlo?
¿Se debe, quizá, tratar de moralizar? En mudo alguno. Las palabras
son y siguen siendo un sonido vacío, y el camino de la perdición
siempre ha estado sembrado de fidelidad verbal a un ideal. Las grandes
personalidades no se forman con lo que se oye o se dice, sino mediante
el trabajo y la actividad.
Por consiguiente, el mejor método de educación ha sido siempre
aquel en que se urge al discípulo a la realización de tareas concretas.
Esto se aplica tanto a los primeros intentos de escribir del niño de la
escuela primaria, como a una tesis universitaria, o a la simple memorización
de un poema, a escribir una composición, a interpretar o traducir
un texto, a resolver un problema de matemáticas o a la práctica de
un deporte.
Mas, detrás de cada triunfo está la motivación que constituye su
fundamento y que a su vez se ve fortalecida por la consecución del fin
del proyecto. Ahí residen las principales diferencias, esenciales para el
valor educativo de la escueta. El mismo esfuerzo puede surgir del temor
y la coacción, del deseo ambicioso de autoridad y honores, o de un
interés afectivo y un deseo de verdad y comprensión, y por tanto de esa
curiosidad divina que todo niño sano posee, si bien tan a menudo se
debilita prematuramente. La influencia educativa que ejerce sobre el
alumno la ejecución de un trabajo puede ser muy distinta, según provenga
del miedo al castigo, la pasión egoísta o el deseo de placer y
satisfacción. Y nadie sostendrá, creo, que la administración del centro
de enseñanza y la actitud de los profesores no influye en la formación
de la psicología de los alumnos.
Para mí lo peor de la escuela es que utiliza como fundamento el
temor, la fuerza y la autoridad. Este tratamiento destruye los sentimientos
sólidos, la sinceridad y la confianza del alumno en sí mismo.
Crea un ser sumiso. No es extraño que tales escuelas sean comunes en
Alemania y Rusia. Sé qué los centros de enseñanza de este país están
libres de este mal, que es el más dañino de todos; lo mismo sucede en
Suiza y por cierto en todos los países con gobiernos democráticos. En
cierto modo es fácil liberar a los centros de enseñanza de este grave
mal. El poder del maestro debe basarse lo menos posible en medidas
coactivas, de modo que la única fuente de respeto del alumno al profesor
sean las cualidades humanas e intelectuales de éste.
El motivo que enunciamos en segundo lugar, la ambición, o dicho
en forma más moderada, la busca de respeto y consideración de los
demás, es algo que se halla muy enraizado en la naturaleza humana. Si
no se diese un estímulo mental de este género, sería del todo imposible
la cooperación entre los seres humanos. El deseo de obtener la aprobación
del prójimo es, desde luego, uno de los poderes de cohesión más
importantes de la sociedad. En este complejo de sentimientos, se hallan
unidas de manera estrecha fuerzas constructivas y destructivas. El afán
de aprobación y reconocimiento es un estímulo sano, pero el designio
de ser reconocido como el mejor, el más fuerte o más inteligente que el
prójimo o el compañero de estudias, conduce muy pronto a una actitud
psicológica en exceso egoísta, que puede resultar dañosa para el individuo
y la comunidad. Así, la institución de enseñanza y el profesor
deben cuidarse de emplear el fácil método de fomentar la ambición
personal para impulsar a los alumnos al trabajo diligente.
No pocas personas han citado en este sentido la teoría de la lucha
por la vida y de la selección natural de Darwin como una autoridad
para fomentar el espíritu de lucha. Hay quienes han intentado también
demostrar de manera seudocientífica que es necesaria la destructiva
lucha económica, fruto de la competencia entre los individuos. Esto es
un error, pues el hombre debe su fuerza en la lucha por la vida al hecho
de ser un animal social. Lo mismo que la contienda entre las hormigas
de un mismo hormiguero impediría la supervivencia de éste, el enfrentamiento
entre los miembros de una misma comunidad humana
atenta contra su supervivencia.
Por consiguiente, tenemos que prevenirnos contra quienes predican
a los jóvenes el éxito, en el sentido habitual, como objetivo de la
vida. Pues el hombre que triunfa es aquel que recibe mucho de sus
semejantes, por lo general mucho más de lo que corresponde al servicio
que les presta. El valor de un hombre debería juzgarse en función
de lo que da y no de lo que recibe.
La motivación más gratificante del trabajo, en la escuela, en la
vida, es el placer que proporciona el trabajo mismo, el que ofrecen sus
resultados y la certeza del valor que tienen estos logros para la comunidad.
Para mí la tarea decisiva de la enseñanza es despertar y fortalecer
estas fuerzas psicológicas en el joven.
Esta base psicológica genera por sí sola un deseo gozoso de obtener
la posesión más valiosa que pueda alcanzar un ser humano: conocimiento
y destreza artística.
Hacer surgir estos poderes psicológicos productivos es, por supuesto,
más difícil que utilizar la fuerza o despertar la ambición individual,
si bien tiene un mérito más elevado. Todo consiste en estimular la
inclinación de los niños por el juego y el deseo infantil de reconocimiento
y guiar al niño hacia dominios que sean beneficiosos para la
sociedad; la educación se funda así en el anhelo de una actividad fecunda
y de reconocimiento. Si la escuela consigue impulsar con éxito
tales enfoques, se verá honrada por la nueva generación y las tareas
que asigne a los educandos serán aceptadas como un don especial. He
conocido niños que preferían la escuela a las vacaciones.
Una escuela de este tipo exige que el maestro sea una especie de
artista en su actividad. ¿Qué puede hacerse para que prevalezca este
espíritu en la escuela? No es fácil ofrecer aquí una solución universal
que satisfaga a todos. Hay, sin embargo, condiciones fijas que deben
cumplirse. En primer término, formar a los profesores para tales escuelas.
En segundo lugar, conceder amplia libertad al profesor para
seleccionar el material de enseñanza y los métodos pedagógicos que
desee emplear. Es cierto que también en su caso se aplica aquello de
que el placer de la organización del propio trabajo se ve sofocado por
la fuerza y la presión externas.
Quienes han seguido hasta aquí mis reflexiones con atención
pueden formularse una pregunta. He hablado bastante del espíritu en
que debe educarse a la juventud, según mi criterio. Nada he dicho,
empero, sobre la elección de las disciplinas a enseñar ni sobre el método
de enseñanza, ¿Debe predominar el idioma o la formación técnica
de la ciencia?
Contesto: En mi opinión todo esto es de importancia secundaria.
Si un joven ha adiestrado sus músculos y su resistencia física en la
marcha y en la gimnasia, podrá más tarde realizar cualquier tarea ruda.
Lo mismo sucede con el empleo de la inteligencia y el ejercicio de la
aptitud mental y manual. No se equivocaba, pues, quien expresó:
"Educación es lo que queda cuando se olvida lo que se aprendió en la
escuela". Por tal causa no me interesa tomar partido en absoluto en la
lucha entre los que defienden la educación clásica filológico histórica y
los que prefieren la educación orientada hacia las ciencias naturales.
Deseo impugnar, por otra parte, la idea de que la escuela debe enseñar
de manera directa ese conocimiento especial y esas aptitudes
específicas que se han de utilizar después en la vida. Las exigencias de
la vida son demasiado múltiples para que resulte posible esta formación
especializada en la escuela. Además considero censurable tratar al
individuo como una herramienta inerte. La escuela tiene que plantearse
siempre como objetivo que el joven salga de ella con una personalidad
armónica, y no como un especialista. Pienso que este principio es aplicable,
en cierto sentido, a las escuelas técnicas, cuyos alumnos se dedicarán
a una profesión bien definida. Lo primero debería ser desarrollar
la capacidad general para el pensamiento y el juicio independientes y
no la adquisición simple de conocimientos especializados. Si un individuo
domina los fundamentos de su disciplina y ha aprendido a pensar
y a trabajar con autonomía, encontrará sin duda su camino, y además
será mucho más hábil para adaptarse al progreso y los cambios, que el
individuo cuya formación consista sólo en la adquisición de algunos
conocimientos detallados.
En síntesis, quiero subrayar una vez más que lo dicho aquí de
manera un tanto categórica no pretende ser más que la opinión personal
de un hombre que únicamente se funda en su propia experiencia como
alumno y como profesor.
FIN.

Ciencia y religión (Einstein, 1954)

Ciencia y religión (Einstein, 1954)
Ensayo extraído del libro “Mis creencias”, de Albert Einstein.
Fuente: http://www.elaleph.com
Libro completo en: http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/85.pdf


En el transcurso del siglo pasado y parte del anterior se sostuvo
de manera generalizada que existía un conflicto insalvable entre la
ciencia y la fe. La opinión que predominaba entre las personas de ideas
avanzadas afirmaba que había llegado la hora de que el conocimiento,
la ciencia, reemplazase a la fe; toda creencia que no se apoyara en el
conocimiento era superstición y, como tal debía ser combatida. De
acuerdo con esta concepción, la educación tenía como única función
abrir el camino al pensar y al conocer, y la escuela, como instrumento
decisivo de la instrucción del pueblo, debía servir sólo a este fin.
Sin duda es difícil hallar, si se la encuentra, una exposición tan
simple del punto de vista racionalista; toda persona sensata puede ver
en efecto lo unilateral de esta exposición. Sin embargo también es
aconsejable exponer una tesis nítida y concisa si se quieren aclararlas
ideas respecto a la naturaleza de este problema.
Por supuesto que el mejor medio de defender cualquier convicción
es fundarla en la experiencia y en el razonamiento. Tenemos que
aceptar en este caso el racionalismo extremo. El punto débil de esta
concepción resulta, empero, que esas ideas que son inevitables y determinan
nuestra conducta y nuestros juicios no pueden basarse sólo en
este único procedimiento científico.
En efecto, el método científico no puede mostrarnos más que cómo
se relacionan los hechos entre sí y cómo se condicionan mutuamente.
El deseo de alcanzar este conocimiento objetivo pertenece a la
máxima exigencia de que es capaz el hombre, y pienso, por cierto, que
nadie sospechará que intente reducir los triunfos y las luchas heroicas
del hombre en este ámbito. Sin embargo, es manifiesto también que el
conocimiento de lo que es no da acceso directo a lo que debería ser. Se
puede tener el conocimiento más claro y completo de lo que es, y no
lograr, en efecto, deducir de ello lo que debería ser la finalidad de
nuestras aspiraciones humanas. El conocimiento objetivo nos proporciona
poderosos instrumentos para conseguir ciertos fines, pero el
objetivo último en sí y el propósito de alcanzarlo deben venir de otra
fuente. No creo que sea necesario siquiera defender la tesis de que
nuestra existencia y nuestra actividad sólo asumen sentido por la prosecución
de un objetivo tal y los valores correspondientes. El conocimiento
de la verdad como tal es admirable, mas su utilidad como guía
es tan escasa que no es posible demostrar ni la justificación ni el valor
de la aspiración hacia ese mismo conocimiento de la verdad. Por consiguiente,
nos enfrentamos aquí con los límites de la concepción puramente
racional de nuestra existencia.
Sin embargo, no debe suponerse que el pensamiento inteligente
no desempeñe algún papel en la formación de lo objetivo y de los juicios
éticos. Cuando se comprende que ciertos medios serían útiles para
la consecución de un fin, los medios en sí se convierten entonces en un
fin. La inteligencia nos aclara la interrelación entre medios y fines.
Empero, el simple pensamiento no es capaz de proporcionarnos un
sentido de los fines últimos y fundamentales. Penetrar estos fines y
estas valoraciones esenciales e introducirlos en la vida emotiva de los
individuos, me parece, de manera concreta, la función más importante
de la religión en la vida social del hombre. Y si nos preguntamos de
dónde se deriva la autoridad de tales fines esenciales, puesto que no
pueden fundarse y justificarse en la razón, sólo diremos: son, en una
sociedad sana, tradiciones poderosas, que influyen en la conducta, en
las aspiraciones y en los juicios de los individuos. Esto es, están allí
como algo vivo, sin que resulte indispensable buscar una justificación
de su existencia. Adquieren fuerza no mediante la demostración sino
de la revelación, a través de personalidades vigorosas. No es posible
tratar de justificarlas, sino captar su naturaleza de modo simple y claro.
Los más elevados principios de nuestras aspiraciones y juicios
nos los proporciona la tradición religiosa judeocristiana. Es un objetivo
muy digno que, con nuestras débiles fuerzas, sólo logramos alcanzar
muy pobremente, si bien proporciona una base segura a nuestras aspiraciones
y valoraciones. Si se separa este objetivo de su forma religiosa
y se examina en su mero aspecto humano, tal vez sea posible exponerlo
así: Desarrollo libre y responsable del individuo, de modo que logre
poner sus cualidades, con libertad y alegría al servicio de toda la humanidad.
No se intenta divinizar a una nación, a una clase ni tampoco a un
individuo. ¿No somos todos hijos de un padre, tal como se dice en el
lenguaje religioso? En verdad, tampoco correspondería al espíritu de
este ideal la divinización del género humano, como una totalidad abstracta.
Sólo tiene alma el individuo. Y el fin superior del individuo es
servir más que regir, o superarse de cualquier otro modo.
Si se examina la sustancia y se olvida la forma, pueden considerarse
además estas palabras, como expresión de la actitud democrática
esencial. El verdadero demócrata, igual que el hombre religioso, no
puede adorar a su nación en el sentido corriente del término.
¿Cuál es, pues, en este problema, la función de la educación y de
la escuela? Debería ayudarse al joven a formarse en un espíritu tal que
esos principios esenciales fuesen para él como el aire que respira. Sólo
la educación puede lograr este propósito.
Si se tienen estos elevados principios claramente a la vista, y se
los compara con la vida y el espíritu de la época, se comprueba con
pena que la humanidad civilizada se halla en la actualidad en un grave
peligro. En los estados totalitarios los propios dirigentes se esfuerzan
por destruir este espíritu de humanidad. En las zonas menos amenazadas
son el nacionalismo y la intolerancia, la opresión de los individuos
por medios económicos los que pretenden asfixiar esas valiosísimas
tradiciones.
La conciencia de la gravedad de esta amenaza crece, sin embargo,
entre los intelectuales, y se buscan con afán los medios para contrarrestar
el peligro . . . tanto en el dominio de la política nacional e internacional
como en el de la legislación o de la organización en general.
Tales esfuerzos son, por cierto, indispensables. Los antiguos, sin embargo,
sabían algo que al parecer nosotros hemos olvidado. Todos los
medios resultan instrumentos inútiles si tras ellos no alienta un espíritu
vivo. Mas si el designio de lograr el objetivo actúa poderosamente
dentro de nosotros, no nos han de faltar fuerzas para encontrar los
medios que conviertan ese objetivo en realidad.
No resultaría difícil concordar en cuanto a lo que entendemos por
ciencia. Ciencia es la tarea, secular ya, de agrupar, mediante el pensamiento
sistemático, los fenómenos perceptibles de este mundo dentro
de una asociación lo más amplia posible. De manera esquemática es
intentar una reconstrucción posterior de la existencia a través del proceso
de conceptualización. Pero si me pregunto qué es la religión no
logro encontrar una respuesta adecuada. Y hasta después de hallar la
que consiga satisfacerme en ese momento concreto, sigo convencido
de que nunca podré, de ningún modo, unificar, aunque sea en parte, los
pensamientos de todos los que han brindado una consideración seria a
esta cuestión.
Así, pues, en lugar de plantear qué es la religión, preferiría elucidar
lo que caracteriza las aspiraciones de una persona que a mí me
parece religiosa: esta persona es la religiosamente ilustrada, la que se
ha liberado, en la medida máxima de su capacidad, de las trabas de los
deseos egoístas y se entrega a pensamientos, sentimientos y aspiraciones
a los que se adhiere por el valor suprapersonal que poseen. Creo
que lo importante es la fuerza de este contenido suprapersonal y la
profundidad de la convicción relacionada con su irresistible significado,
independientemente de toda tentativa de unir ese contenido con un
ser divino, ya que de otro modo no se podría concluir a Buda y a Spinoza
entre las personalidades religiosas. Por consiguiente, una persona
religiosa es devota en tanto no tiene duda alguna de la significación y
elevación de aquellos objetos y fines suprasensibles que no requieren
un fundamento racional ni son susceptibles de él. Existen de la misma
manera inevitable y natural con que se da el individuo. La religión es
así el viejo intento humano de alcanzar clara y completa conciencia de
esos objetivos y valores y fortalecer y ampliar de continuo su efecto. Si
se concibe la religión y la ciencia según lo dicho, resulta imposible un
conflicto entre ellas. Pues la ciencia sólo puede afirmar lo que es, mas
no lo que debiera ser, y fuera de su ámbito son necesarios juicios de
valor de todo tipo. La religión, por lo demás, enfoca sólo valoraciones
de pensamientos y acciones humanos: no puede hablar, esto es claro,
de datos y relaciones entre datos. De acuerdo con esta interpretación,
los conocidos conflictos entre religión y ciencia del pasado, deben
atribuirse, sin duda, a una concepción errónea de la situación que se ha
descrito.
Nace, por ejemplo, un conflicto cuando una comunidad religiosa
insiste en la veracidad absoluta de todas las afirmaciones contenidas en
la Biblia. Esto significa la intromisión, de la religión en la esfera de la
ciencia; aquí tenemos, pues, que situar la lucha de la Iglesia contra las
doctrinas de Galileo y Darwin. Además, algunos representantes de la
ciencia han pretendido llegar a juicios esenciales sobre valores y fines
con la base del método científico, y se han enfrentado con la religión.
Todos esos conflictos han originado errores fatales.
Empero, aunque los dominios de la religión y de la ciencia se hallan
en sí mismos muy diferenciados, existen entre ambos relaciones y
dependencias mutuas. Si bien la religión puede ser la que determine el
objetivo, sabe, en efecto, a través de la ciencia, en el sentido más amplio,
qué medios contribuirán al logro de los objetivos diseñados. Mas
la ciencia sólo pueden crearla quienes de manera profunda están imbuidos
de un deseo ferviente de alcanzar la verdad y de comprender las
cosas. Y este sentimiento surge, por supuesto, de la esfera de la religión.
Asimismo pertenece a ella la fe en la posibilidad de que las normas
válidas para el mundo de la existencia sean racionales, es decir,
comprensibles mediante la razón. No puede imaginar que exista un
solo científico sin esta arraigada fe. La situación puede expresarse con
una imagen. La ciencia sin religión es coja; la religión sin ciencia ciega.
Aun cuando he dicho antes que no puede existir por cierto verdadero
conflicto entre la religión y la ciencia, debo matizar, pues, tal
afirmación, de nuevo, en un punto esencial, en lo que respecta al contenido
real de las relaciones históricas. Esta diferenciación se refiere al
concepto de Dios. Durante la etapa primitiva de la evolución espiritual
del género humano, la fantasía de los hombres creó dioses a su propia
imagen que con su voluntad parecían determinar el mundo de los fenómenos,
o que hasta cierto punto influían en él. El hombre intentaba
atraerse la voluntad de estos dioses en su favor a través de la magia y la
oración. La idea de Dios dé las religiones que se enseña hoy es una
sublimación de ese antiguo concepto de los dioses. Su carácter antropomórfico
lo muestra, por ejemplo, la circunstancia de que los hombres
apelen al ser divino con oraciones y súplicas para obtener sus
deseos.
No se negará, sin duda, que la idea de que exista un dios personal
omnipotente, justo y misericordioso proporciona al hombre solaz,
ayuda y guía, y además, en virtud de su sencillez, resulta accesible
hasta para las inteligencias menos desarrolladas. Por otra parte, sin
embargo, esta idea incluye una falla básica, que el hombre ha percibido
de manera dolorosa desde el fondo de la historia. Vale decir, si este ser
es omnipotente, todo acontecimiento, incluidas las acciones humanas,
los pensamientos humanos y los sentimientos y aspiraciones humanos
resultan también obra suya. ¿Cómo pensar que los hombres sean responsables
de sus actos y de su conducta ante tal ser todopoderoso? AI
adjudicar premios y castigos, estaría en cierto modo juzgándose a sí
mismo. ¿Cómo conciliar esta premisa con la bondad y rectitud que se
le concede?
La fuente principal del rozamiento entre la religión y la ciencia se
halla, por consiguiente, en este concepto de un dios personal. El objetivo
de la ciencia es establecer normas generales que determinen la conexión
recíproca de objetos y hechos en el espacio y en el tiempo.
Estas normas o leyes de la naturaleza, exigen una validez general absoluta
. . . no probada. Se trata en esencia de un programa, y la fe en la
posibilidad de su cumplimiento sólo se funda, en principio, en éxitos
parciales. Pero es difícil que alguien negara esos éxitos parciales y los
atribuyera a la ilusión humana. El hecho de que al basarse en tales
leyes sea posible predecir el curso temporal de los fenómenos era
ciertos dominios con gran precisión y certeza, está muy arraigado en la
conciencia del hombre moderno, aunque haya captado una parte mínima
de las citadas leyes. Es suficiente que piense que los movimientos
de los planetas dentro del sistema solar pueden calcularse previamente
con gran exactitud a partir de un número limitado de leyes simples. De
igual modo, si bien en forma menos precisa, es posible calcular por
adelantado el funcionamiento de un motor eléctrico, un sistema de
transmisión o un aparato de radio, aun cuando se trate de inventos
recientes.
Por supuesto, si el número de factores que intervienen en un
complejo fenoménico es demasiado grande, en la mayoría de los casos
nos falla el método científico. Basta pensar en la meteorología, y que
advirtamos que la predicción del tiempo, hasta por un período de algunos
días, resulta imposible: Nadie duda, por cierto, que se trata de una
conexión causal cuyos componentes necesarios conocemos en su mayoría.
Los fenómenos de este campo no permiten una predicción exacta
debido a la variedad de los factores implicados, no a una falencia de las
leyes de la naturaleza.
No hemos penetrado tanto en las regularidades que se derivan del
reino de las cosas vivas, pero sí lo suficiente, empero, para advertir al
menos la norma de necesidad fijada. Pensemos al respecto en el orden
sistemático de la herencia, y en el efecto de los tóxicos, el alcohol, por
ejemplo, en la conducta de los seres humanos. Lo que falta en este
ámbito es captar las conexiones de generalidad profunda, mas no un
conocimiento del orden de sí mismo.
Cuanto más consciente es un hombre de la regularidad ordenada
de todos los acontecimientos, más sólida es su convicción de que no
queda espacio al margen de esta regularidad ordenada por caudal de
naturaleza distinta. Para él no existirá la norma de lo humano ni la
norma de lo divino como causa independiente de los acontecimientos
naturales. No cabe duda de que la ciencia no refutará nunca, en el sentido
estricto, la doctrina de un Dios personal que interviene en los
hechos naturales, donde esta doctrina siempre puede refugiarse en
aquellos dominios en los que aún no ha logrado afianzarse el conocimiento
científico.
Estoy convencido, sin embargo, de que si los representantes de la
religión adoptasen esa conducta no sólo sería indigno sino también
fatal para ellos. Pienso que una doctrina que es incapaz de mantenerse
a la luz, sino que debe refugiarse en las tinieblas, perderá de manera
irremediable su influencia sobre el género humano, con un daño enorme
para éste. En su lucha por un ideal ético los profesores de religión
deben tener suficiente formación para prescindir de la doctrina de un
Dios personal, esto es, desechar esa fuente de miedo y esperanza que
proporcionó en el pasado un poder inmenso a los sacerdotes. Tendrán
que apelar en su labor a las fuerzas que sean capaces de cultivar el
bien, la verdad y la belleza en la humanidad. Por supuesto que es una
tarea más difícil, aunque. mucho más meritoria y noble. Si los maestros
religiosos consiguen realizar la tarea indicada verán, en efecto, con
alegría que la auténtica religión resulta dignificada por el conocimiento
científico que la tornará más profunda.
Si uno de los objetivos de la religión es liberar al género humano
de los temores, deseos y anhelos egocéntricos, el razonamiento científico
puede ayudar también a la religión en otro sentido. Si bien es
cierto que el propósito de la ciencia es descubrir reglas qué permitan
asociar y predecir hechos, no es éste su único fin. Quiere reducir también
las conexiones descubiertas al menor número posible de elementos
conceptuales mutuamente independientes. En esta búsqueda de la
unificación racional de lo múltiple se hallan sus mayores éxitos, aunque
sea por cierto este intento el que crea el mayor riesgo de ser víctima
de ilusiones. Mas quien haya pasado por la profunda experiencia de
un avance positivo en este dominio se sentirá conmovido por un reverente
respeto hacia la racionalidad que se manifiesta en la vida. A través
de la comprensión logrará liberarse en gran medida de los engaños
de las esperanzas y los deseos personales, y alcanzará así esa actitud
mental humilde ante la grandeza de la razón encarnada en la existencia,
que resulta inaccesible al hombre en sus dimensiones más hondas.
Ciertamente, esta actitud me parece religiosa en el sentido más elevado
del término. Y diría asimismo que la ciencia no sólo purifica el impulso
religioso de la escoria del antropomorfismo sino que contribuye a
una espiritualización de nuestra concepción de la vida.
En tanto más progrese la evolución espiritual de la especie humana,
más cierto resulta que el camino que lleva a la verdadera religiosidad
pasa, no por el miedo a la vida y el miedo a la muerte y la fe ciega,
sino por la lucha en favor del conocimiento racional. Es evidente, en
este sentido, que el sacerdote debe convertirse en profesor y maestro si
desea cumplir con dignidad su elevada misión educadora.
FIN.

La libertad (Einstein, 1953)

La libertad (Einstein, 1953)
Ensayo extraído del libro “Mis creencias”, de Albert Einstein.
Fuente: http://www.elaleph.com
Libro completo en: http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/85.pdf

Sé que es tarea difícil discutir sobre juicios fundamentales de valor.
Si, por ejemplo, alguien aprueba, como fin, la erradicación del
género humano de la tierra, es imposible refutar ese punto de vista
desde bases racionales. Si, en cambio, hay acuerdo sobre determinados
objetivos y valores se puede argüir con razón en cuanto a los medios
por los cuales pueden alcanzarse estos propósitos. Señalemos, entonces,
dos objetivos sobre los cuales tal vez estén de acuerdo quienes
lean estas líneas.
1. Los bienes esenciales destinados a sustentar la vida y la salud
de todos los seres humanos, deberían producirse con el mínimo esfuerzo
posible.
2. La satisfacción de las necesidades físicas es por supuesto la
condición previa indispensable para una existencia decorosa, si bien no
es suficiente por sí sola. Para que los hombres se muestren satisfechos
deben tener también la posibilidad de desarrollar su capacidad intelectual
y artística según sus características y condiciones personales.
El primero dé estos fines exige la difusión de todos los conocimientos
relacionados con las leyes de la naturaleza y de los procesos
sociales, esto es, el impulso de todas las investigaciones científicas. La
tarea científica resulta; por cierto, un conjunto natural, cuyas partes se
apoyan mutuamente, de tal manera que nadie puede prever, en efecto.
No obstante, el progreso de la ciencia exige que sea posible la difusión
sin restricciones de opiniones y consecuencias: libertad de expresión y
de enseñanza en todos los ámbitos de la actividad intelectual. Por libertad
debo suponer condiciones sociales de tal índole que el individuo
que exponga sus modos de ver y las afirmaciones respecto a cuestiones
científicas, de tipo general y particular, no enfrente por ello graves
riesgos. Esta libertad de expresión es indispensable para el desarrollo y
crecimiento de los conocimientos científicos, un detalle de decisiva
importancia práctica. En primer término, debe garantizarla la ley. Mas
las leyes solas no logran asegurar la libertad de expresión; a fin de que
el hombre pueda exponer sus opiniones sin riesgos serios debe existir
el espíritu de tolerancia en toda sociedad. Un ideal de libertad externa
como éste jamás se logrará plenamente, aunque debe persistirse en él
con empeño si queremos que el pensamiento científico avance sin
tregua, lo mismo que el pensamiento filosófico y creador en general.
Para lograr el segundo objetivo, o sea que resulte posible el desarrollo
espiritual de todos los individuos, es necesario un segundo género
de libertad exterior. El individuo no ha de verse obligado a trabajar
tanto para cubrir sus necesidades vitales que no le quede tiempo ni
fuerzas para sus actividades personales. Sin este segundo tipo de libertad
externa, no servirá de nada la libertad de expresión. El progreso
tecnológico tornaría posible esta forma de libertad si se alcanzase una
división racional del trabajo.
La evolución de la ciencia y de las actividades creadoras del espíritu
en general, reclama otro modo de libertad que puede calificarse de
libertad interior. Esa libertad de espíritu consiste en pensar con independencia
sobre las limitaciones y los prejuicios autoritarios y sociales
así como frente a la rutina antifilosófica y el hábito embrutecedor del
ambiente. Esta libertad interior es un raro privilegio de la naturaleza y
un propósito digno para el individuo. Empero, la comunidad puede
realizar también mucha labor de estímulo en este sentido, por lo menos
al no poner trabas a la labor intelectual. Las escuelas y los sistemas de
enseñanza obstaculizan a veces el desarrollo de la libertad interior con
influencias autoritarias o cuando imponen a los jóvenes cargas espirituales
excesivas; las instituciones de enseñanza pueden, por otra parte,
favorecer esta libertad si fomentan el pensamiento independiente. Únicamente
si se prosigue con constancia y conciencia la libertad interior
y la libertad externa es posible el progreso espiritual y el conocimiento
y así mejorar la vida general del hombre en todos sus aspectos.
FIN.