martes, 13 de enero de 2009

Teo, Ateo, y los artículos 18 y 19



Artículo 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Extraído de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).

“Probablemente Dios no existe, así que deja de preocuparte y disfruta de la vida” (cita publicitaria del mes: ver más).

4 comentarios:

ROBERTO COLOM dijo...

¿Por qué deberíamos preocuparnos en el supuesto caso de ser creyentes? Que cada cual crea lo que estime oportuno, siempre que no trate de imponer sus creencias a nadie. Y eso, creo, incluye a los ateos. Si, como se deduce de esta entrada, los ateos son más “cultos” y siguen los dictados de la ciencia, quizá deberían dar ejemplo a los “incultos” creyentes, impermeables a la ciencia, y evitar caer en campañas publicitarias que recuerdan, sorprendentemente, al Vaticano y demás familia.

Juan Carlos Pérez-González dijo...

Efectivamente, la campaña del "autobús ateo" es, al fin y al cabo, una campaña. Pero no es una campaña con mensaje "adoctrinante" en el que se "inculque" ningún "dogma". Tan sólo se divulga "una conjetura" ("probablemente" Dios no existe), lo cual hace que esta campaña se distinga claramente de las campañas religiosas al uso. Por consiguiente, "el autobús ateo" no es una imposición, sino una simple invitación al vitalismo (disfrute de la vida) desde una conjetura (no existencia de Dios). Desde luego, como se expresó ya en la Declaración de los Derechos Humanos, que cada cual crea lo que estime oportuno, siempre y cuando no imponga sus creencias a nadie. No obstante, creer hay que creer, es inevitable, para sobrevivir, "creer" (creer en que el Sol volverá a salir mañana, creer que alguien de quien recibimos amor habitualmente nos lo seguirá dando mañana, creer que podemos lograr nuestros objetivos, creer que el mundo y la humanidad pueden mejorar, ...etc). Pero la razón y la experiencia nos ha permitido saber qué criterios debemos seguir para creer en algo, y el principal de esos criterios es la verosimilitud, a la que se llega con mayores garantías a través del pensamiento crítico y científico. ¿Es Dios verosímil? Para unos sí, para otros no.

Anónimo dijo...

En referencia a la campaña publicitaria sobre la existencia de Dios, yo estoy segura de que Dios no existe, pero esto no significa que los que creen en Dios no puedan disfrutar de la vida y tampoco que los que no creemos en Dios podamos disfrutar de la vida sin tener en cuanta el resto de seres humanos, ya que estos sí que existen. Hay que tener presente, por lo menos el 5º estadio moral de Kohlberg.

Juan Carlos Pérez-González dijo...

Interesante observación, Gemma, los demás (creyentes o no) "sí que existen", eso es seguro. Y, en verdad, no tendría sentido pretender vivir sin contar con los demás. Precisamente por eso es más imperiosa aún, si cabe, la necesidad de ponernos de acuerdo acerca de en qué es razonable creer, y en qué no.