jueves, 26 de febrero de 2009

El ojo de Dios y también sus partes nobles...




Desde la Antártida es desde donde más podríamos disfrutar de las maravillas del espacio exterior (recordemos que no sabemos si estamos solos en el Universo, pero, desde luego, lo que por fin sabemos ---hace apenas cinco siglos no lo tenían tan claro---, es que no somos lo único que hay en él). En el excelente artículo del Dr. Alcione Mora se puede disfrutar de una introducción a las razones de por qué la Antártida es idónea para la observación astronómica. Así que si alguien, además de ver "el ojo de Dios" (o nebulosa de la hélice), quiere verle a éste (o a ésta, quién sabe, ja, ja) sus partes nobles, ya está claro dónde debemos llevarnos el telescopio! Porque antiguamente se decía "De Madrid al cielo" por la claridad de su atmósfera para admirar el cielo. Sin embargo hoy día la polución no es lo que era, por desgracia.

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